Lo divertido de esto es que para esta prueba llevas detrás un coche de la autoescuela que se comunica contigo a través de Bluetooth o por emisora de radio. En mi caso ese fue el motivo de que suspendiera las dos veces que suspendí.
Llegamos al “rollo de las autoescuelas”: al suspender el circuito cerrado por segunda vez tenía que pagar las tasas correspondientes, así que fui a la autoescuela y pagué como una niña buena. Cuál fue mi sorpresa cuando 10 días después me llaman de la autoescuela dónde ya tenía pagado el teórico, 4 practicas de circuito cerrado y 2 practicas de circuito abierto y me dijeron que ya no llevaban a motoristas a examen y que “trasladaban mi expediente” a otra autoescuela.
Esta autoescuela, además de estar a 12 kilómetros de mi ciudad, estaba “regentada” por un tal Manuel “Caradura-hijo-de-puta” que, entre otras cosas:
- Me hacía ir a un lugar que estaba a 20 minutos de cualquier circuito y cada práctica duraba 30 minutos. Es decir, que si yo pagaba dos prácticas sólo estaba en el circuito durante 10 minutos.
- Nos hizo estar bajo la lluvia en la convocatoria de un examen durante 1 hora cuando ese exámen no se realizó.
- Utilizaba una emisora de radio que era una MIERDA: en el primer intento se me coló una interferencia que me despistó y no cedí el paso en una rotonda. En el segundo intento no oía al examinador y me salí del circuito…valeeeeee, también diré en su defensa que no cedí el paso a un abuelete en un paso de cebra….pero yo sólo intentaba buscar un sitio dónde parar.
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